MT, señora bijouterie
Nota publicada en Revista VIVA de Clarín
Maria Teresa Villarroel es la pionera de los accesorios de lujo. Empezó por casualidad y hace 50 años que produce piezas únicas.
Distinguida, serena, desde su piso de la calle Juncal, en Retiro, María Teresa Villarroel muestra sus tesoros: “Esto es lo que me gusta, adoro mis piezas, necesito estar siempre inventando pulseras, aros, colgantes…”, cuenta, y abre un inmenso placard cargado de increíbles piezas de bijou, barrocas, pero exquisitas. Despliega rollos de terciopelo que esconden aros por gamas de colores. Violáceos, azulinos, verdosos y los tonos del atardecer en todo su esplendor. Los mira con cariño: “Es muy raro que haya uno igual al otro, me aburre repetirlos a menos que me lo pidan”. Su bijou es siempre impactante, voluminosa, repleta de piedras que estallan en brillos, pero súper portable. Este año cumple 45 años en el métier.
Intima amiga de Chiquita Legrand desde los 20 años, fue ella quién le dio un importante espaldarazo allá por los 70 cuando empezó con sus almuerzos, donde brillaba con los accesorios de MT, su firma, que se transformó en su sobrenombre. Siguen tan unidas como siempre, se reúnen una vez por semana a tomar el té y comparten veladas en el Colón.
Todo comenzó por casualidad. A mediados de los 60, su hija Miette le pidió un arnés hecho de argollas metálicas, al estilo del que había lanzado Paco Rabanne y en ese momento reinterpretaba y vendía Manuel Lamarca a 14 mil pesos, “moneda no sé cuánto”, ríe Villarroel. “Esto lo puedo hacer yo”, dijo, y marchó a Monique, un local frente al colegio Champagnat donde vendían argollas. Con pinzas del auto de su marido, armó sobre un maniquí la famosa pechera. Miette la usó en una fiesta de la socialité Liu Terracini. “Al día siguiente, Liu vino a verme con una página del Vogue París donde había un chaleco hecho con perlas y gotas de cristal. ‘Quiero uno igual’, me dijo”, recuerda MT.
Entonces, lo charló con Teresita Spika, una de sus grandes amigas y, desde entonces, su socia (a cargo de los números). Decidieron hacer una vaquita y comprar cadenas y argollas para empezar a armar collares. Hasta ese momento, MT encuadernaba libros y se los vendía a L’Interdit, tradicional firma de deco. Su primer y gran cliente fue la casa Hers, de la calle Florida; después, Pucci, un local sobre Arroyo, donde vendieron los primeros cinturones con cadena y pasamanería. Lo que ganaban, lo invertían. Y desde los 60 a hoy, su bijou es única y ultra sofisticada.
Hoy, ¿en qué te diferencias del resto?
Me gusta la mujer elegante, que se anima, que tiene personalidad y puede lucir una pieza importante. Alguien que valora la calidad. Mis baños son en oro 24 kilates. El color también me caracteriza. Armo cada uno de mis aros, no existe ninguno parecido en ningún lugar del mundo; hago la muestra de lo que quiero y la gente de mi taller lo termina.
Desde sus comienzos fue la elegida por los diseñadores más importantes de la Argentina. Bogani, Serrano, Ibáñez, Kronenberg le pedían piezas únicas, no sólo para los desfiles, sino para clientas especiales que necesitaban algo exclusivo, como que el accesorio fuese del color exacto del vestido. Pedidos que aún se dan: “Miro los vestidos, anoto los colores, y me llevo el trapito”.
MT es incansable. Con una vida laboral y social llena de desfiles, comidas, conciertos y amigos por todo el mundo, no descuida su familia: tiene 6 hijos, 18 nietos y 5 bisnietos, y ha pasado por momentos muy difíciles. Cuando estalló la bomba en la embajada de Israel, ella estaba en su taller de entonces, en la calle Arroyo, a media cuadra. “Volaron las ventanas, todo lo metálico estalló por el aire, perdí todo, aunque gracias a Dios, sobrevivimos”.
¿Cómo es trabajar en la Argentina?
Pasé por momentos difíciles, como cuando se abrieron las importaciones en los 90 y cerraron muchos fabricantes y soldadores. Y ahora, al revés, es complicado conseguir la materia prima. Por suerte, yo me abastecí en todos estos años y tengo objetos y piedras únicas. Y contra viento y marea conservo las ganas, me encanta lo que hago, me divierte, es terapéutico.
Cree que la elección del accesorio es lo que demuestra la personalidad de una mujer. Un vestido se compra. Pero en el accesorio se ve el buen gusto. O el malo… Ella ha sabido adaptar las modas de cada momento a su visión sin perder el estilo.
Llena de historias divertidas, María Teresa recuerda un viaje a Washington con Gino Bogani a invitado entre 5 diseñadores latinoamericanos. Entre ellos estaba Oscar de la renta. Gino cerró el desfile. A la hora de ir al hotel, no había habitaciones para todos y tuvieron que dormir en la misma junto a dos amigas más.
¿Tu anécdota inolvidable?
Un día, Chiquita me presenta a Lola Flores. Fuimos a verla con nuestra bijou; ella tenía las alhajas más escandalosas que he visto en mi vida, y empezó a desplegarlas. Sin embargo, nos terminó comprando todo las fantasías que le habíamos llevado, para Concha, Conchita, Lupe y Lupita…”, dice entre carcajadas.
Sus amigos de la moda hablan de ella…
Fabián Kronenberg: “MT sabe hacer desde lo más estrafalario hasta lo más clásico. Además en amplia, no se limita solo bijou, sino también hace hebillas, botones, adornos en zapatos…”
Mora Furtado: “es una innovadora de la moda, hace alhajas de diseño. A los accesorios allá por los 70 se los llamaban “fantasías” y fue Mirtha Legrand en sus almuerzos la primera en usar la palabra “bijouterie”. Y usando la bijouteie de MT”.
Elsa Serrano: “ en mis 33 años de continuos desfiles, siempre usé la bijou de Maria Teresa. Ella entendía e interpretaba al diseñador, y eso hoy en día ya no existe…”
Jorge De La Cruz: “mujer de un gran refinamiento y creatividad que nos acompaño con sus trabajos en todas nuestras colecciones interpretando lo adecuado a cada prenda. Es un gran referente en su metier, ademas de una muy querida amiga de muchos años”.
Gino Bogani: “muchísimos años trabajando con María Teresa, ella interpretaba mis diseños perfectamente. Les hice el vestido de novia a tres de sus hijas. Tenemos tantas anécdotas divertidas que podríamos escribir un libro”
Consejos MT.
Si la pieza es importante y llamativa es preferible que sea una pieza central única.
Una mujer no demasiado alta no debe cargarse porque eso la hace más baja.
La pieza que toda mujer debe tener es un collar de perlas y algo dorado. Siempre es elegante.
La buena bijouterie se lava con agua y jabón y se guarda envuelta en papel de seda oscuro. Siempre separarlas entre ellas para evitar rayaduras.
Para que el aro a presión no lastime el lóbulo de la oreja es conveniente usar esponjitas especiales de silicona.
Dorado o plateado queda bien tanto para morochas o rubias. Y si esta bronceada mejor.
Es aconsejable combinar el color de la bijou con la ropa. Siempre debería tener alguno de los colores del vestido.
A veces, viste más un buen accesorio que un super vestido.
MT vende en La Cueva, Juncal 1195, CABA, tel: 4804-0750/48136777
Para el interior del país comunicarse con Wally al 1532154098 ó wallyferreccio@hotmail.com
Florencia Florio